viernes, 18 de septiembre de 2015

Actitud impulsiva.

Estaba esta noche cenando con mis amigas mientras sonaba nuestras risas y música de fondo, cuando mi cerebro ha tenido un orgasmo y se ha corrido. ¿Sabéis a lo que me refiero? Es una sensación tan genial,es una calma inmensa, es la seguridad de que todo va bien (o quizás va mal, pero te da igual, te sienta bien todo ese desastre). Son las amigas que no ves desde ayer y aún así cuando vuelves a encontrarte con ellas, las pillas con millones de ganas. Felicidad, así la llaman.
Y claro, en medio del deleite de ese bonito sentimiento, he querido comprender muchas cosas. He ordenado mis ideas para poder apreciar con total claridad, que poco a poco lo que se ha ido ordenando es mi vida de una forma progresiva. Pieza por pieza, el puzzle en el que estaba estancada (Como dice la canción Stuck on the puzzle de Alex Turner) al que un día pegué una patada y deshice, vuelve a estar en perfectas condiciones. Todo es gracias a la buena actitud. Es mi actitud la que fue capaz de reconocer mis propios errores, la que decidió perdonar a aquellos que se lo merecían y perdonarme a mi misma por mis grandes desastres, y supe volver a empezar. Es mi actitud la que tiró de mí cuando ni yo misma podía y me hizo sacarme yo misma adelante para alcanzar lo que me proponía. Es mi actitud la que sabe dónde están las minas y cómo andar esquivando balas cuando resulta necesario. Es ella, y solo ella la que ha comprendido qué es ser amigo, quién lo era y por qué. Me encanta reír con las personas, sin embargo, la amistad es algo más que ser payasos juntos de vez en cuando: es ser pañuelo del otro si se requiere eso. Soy yo la que, poquito a poco, ha decidido madurar. Y con todo esto no quiero decir que mi realidad esté inmejorable, por supuesto que no.Tengo mucho camino que atravesar, mucha espina que clavarme y mucho llanto que soltar tras haberme equivocado. La cuestión está en que, al menos, ya he puesto el punto de partida a una nueva forma de ver las cosas. Que ya sé diferenciar lo tóxico de lo positivo. Que ya sé ver quién abre heridas y quién me vuelve coserlas. Que hoy, la alegría ha manchado las cuatro paredes de mi cabeza y puedo decir muy alto y fuerte, que lo he conseguido yo solita.

Alex Turner - Stuck on the puzzle.



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